En este tercer texto que voy a tratar a
continuación, se pueden diferenciar tres partes: Una primera parte fundamental
en la que se nos explica que es la evaluación interna y la evaluación externa
de los centros educativos. Una segunda parte donde trata la Evaluación Basada
en los Centros Docentes, y una tercera donde se muestran dos actividades con
las que trabajar.
Comenzamos por la explicación de qué es la
Evaluación Interna y la Evaluación Externa de los centros educativos:
La Evaluación Interna de los Centros Educativos es
la que realizan miembros de la institución a la que se va a proceder a evaluar,
es decir, profesores, miembros del personal profesional de la escuela, el
director o un personal especializado contratado para ello. Esta evaluación se centra,
como nos dice el texto, en analizar la “evaluación
formativa”, es decir, la evaluación de los procesos educativos de cara a
conseguir unas metas u objetivos previstos y que sirve para ver los puntos a
mejorar o a ajustar para que funcionen mejor.
En este tipo de evaluación lo normal es que, como he
dicho antes sea llevada a cabo por un miembro del centro a evaluar. La causa de
ello es que el resto de la institución no lo va a ver como un enemigo o se van
a sentir amenazados, además es una persona que conoce bien el entorno local que
se va a evaluar, y tiene mayor empatía con las personas con las que va a
tratar, y por último, está en el centro para ver como se llevan a cabo esas
medidas.
En el caso de la Evaluación Interna de centros,
España tiene su mejor informante en la Memoria Anual que todos los centros
deben elaborar y en la que participa gran parte del centro. En ella se detalla
cómo se ha desarrollado lo establecido en el Plan Anual, es decir, que
objetivos se han conseguido, cuáles no, que se puede mejorar, que se puede
cambiar y que se novedades se pueden introducir. Además en lo referente a la
evaluación interna tenemos otros tipos de evaluaciones como pueden ser la
Autoevaluación en la que los docentes se evalúan a sí mismos y su trabajo, la
Heteroevaluación que es cuando el equipo directivo se encarga de evaluar, y por
último la Coevaluación que tiene lugar cuando varios sectores del centro se
evalúan mutuamente, es decir, equipos de profesores entre sí, equipo directivo
al consejo escolar, y viceversa.
Por último y para cerrar el tema, en España están
tomando auge evaluaciones internas de centros públicos y concertados realizadas
por entidades privadas y que solían llevarse a cabo en centros privados, que se asemejan a la evaluación propia de una
empresa buscando mayor efectividad en el trabajo e introduciendo roles de
liderazgo y excelencia. Algunos ejemplos son los certificados de Calidad ISO y
EFQM.
Por otro lado tenemos la Evaluación Externa, una
evaluación llevada a cabo por personal ajeno al centro que se va a evaluar.
Normalmente la lleva a cabo personal procedente de la administración Educativa
(Inspectores). Sin embargo, también se puede encargar esta evaluación a
agencias evaluadoras.
Esta evaluación se centra, como nos dice el texto en
el análisis de la “Evaluación Sumativa”,
es decir, una evaluación que se aplica a procesos terminados, con realizaciones
precisas y valorables. No se pretende mejorar, ajustar o modificar nada, sino
determinar su valía en función del empleo que se desea hacer del mismo
posteriormente.
En el caso de España tenemos dos tipos de evaluación
externa. Por un lado tenemos las denominadas “evaluaciones de diagnóstico” que es la evaluación que se realiza
antes de empezar una fase de aprendizaje, y que sirve para conocer el conjunto
de expectativas,
intereses, preferencias, experiencias y saberes previos de los estudiantes en
la disciplina que nos interesa.
Dentro de estas la LOE nos marca dos una en 4º de primaria y otra en 2º de ESO y las Comunidades Autónomas marcan otro tipo de evaluaciones de diagnóstico como pueden ser la evaluación de diagnóstico sobre la lectura que lleva a cabo la Comunidad de Madrid. Además, también encontramos la Evaluación Externa llevada a cabo por los Servicios de Inspección de las Comunidades Autónomas y del Estado. Sobre estas podemos destacar
el denominado “Plan
EVA”
que es un diseño de evaluación de centros que pretendían en 3 años, evaluar
todos los centros de todo el país, no lo consiguieron, pero lo importante son
los recursos y materiales y la organización que crearon.
Por
último, me gustaría referirme a las Evaluaciones Externas llevadas a cabo por
empresas y entidades privadas, donde al igual que en las internas destaca la
del ISO.
El
segundo punto a tratar es el de la Evaluación basada en Centros Docentes o como
lo denomina el texto “Un experimento de
evaluación basada en centros docentes”.
Este
experimento ha sido llevado a cabo entre el Ministerio de Educación israelí y
diversas autoridades educativas regionales. Es un proyecto cuya finalidad es
combinar tanto la evaluación interna como la externa para ayudar a la toma de
decisiones tanto fuera como dentro del centro. El texto nos dice que estaba
destinado a los centros que hubieran decidido participar, pero al depender de
una oficina del Ministerio de Educación lo más normal es que finalmente fueran
todos los centros estatales los que se beneficiaran de este proyecto.
Las
fases en las que se lleva a cabo el proyecto son las siguientes:
-
Fase 1: Esta primera fase es una fase
formativa donde se forma a directores y profesores de los centros participes en
este proyecto dedicando unas 70 u 80 horas a esto, siempre según el texto.
-
Fase 2: Los miembros participes en la
formación anterior establecen un equipo de evaluación interno. En este equipo
se trabajara a modo de práctica con algún campo de actividad de la escuela, ya
sea un proyecto, un programa de enseñanza,… contando con asistencia técnica de
un tutor externo que les ayudara en este proceso.
-
Fase 3: Una vez pasado el periodo de
prueba, se hace oficial esta estructura dentro del Centro donde la composición
irá rotando entre los profesores interesados en este proyecto, y que no contará
con tanta asistencia técnica como en la etapa anterior. En este punto me
gustaría decir que, pese a no contar con tanta asistencia técnica podemos
contar con la experiencia de esos primeros profesores que participaron en la
formación y que pueden aconsejar a los que entren nuevos.
-
Fase 4: a esta fase solo se llega una
vez está asentado el equipo de evaluación interna, en los centros que cuentan
con él. Asentado está preparado para la evaluación externa, que será
obligatoria en todos los centros del país con equipo evaluador o no, lo que
denota un pequeño atraso evaluador en Israel, ya que aun no realizan las
evaluaciones externas y si lo hacen solo lo hacen los centros que se prestan
voluntarios.
Tras
esta explicación del proceso el texto nos muestra las “Lecciones que se pueden aprender de la evaluación basada en los
centros docentes” y obtenidas del análisis de los resultados que han podido
analizar.
1.
Distinción
entre descripción y Juicio crítico:
Esto que puede parecernos una cosa de Perogrullo,
supone un factor muy importante para la consecución de una evaluación, que el
texto define como, “una actividad
sistemática que utiliza información para describir los objetos educativos y
juzgar su mérito o su valía”.
Al definirlo así tiene tres
implicaciones. La primera es que la evaluación se ve como un proceso
sistemático que cuenta con principios, métodos e instrumentos y que no se hace
por intuición. Es aquí donde juega un papel importante la formación de los docentes
para poder llevar a cabo esta formación y adquirir los conocimientos necesarios
para poder desarrollarla. En segundo lugar, aplicar lo citado anteriormente
puede suponer mayor objetividad del componente descriptivo y por último la
influencia de la subjetividad en el juicio crítico más que en la descripción,
cosa que se puede cambiar con la influencia de esa mayor objetividad de la que
hablábamos antes.
En resumen, los docentes ven con buenos
ojos esto porque les otorga legitimidad en la evaluación y establece
expectativas más realistas para el papel metodológico de la evaluación, como
cierra el apartado.
2.
Los
únicos objetos a evaluar no son los alumnos y sus resultados:
Evaluar no consiste solo en calificar a
los alumnos según sus exámenes. Evaluar debe ir más allá y evaluar desde el
proceso de enseñanza, a los profesores, al personal o al centro en su conjunto.
Todo debe ser evaluado para conocer su naturaleza y su mérito, pero siempre
desde métodos concretos.
3.
Los
resultados o el impacto que producen no debe ser lo único a examinar cuando se
evalúa cualquier objeto de evaluación escolar:
En este punto se pretende que a la hora
de evaluar nos centremos en cuatros tipos de información, es decir, las metas
del objeto, sus estrategias y planes, el proceso de su puesta en práctica, y
los resultados y el impacto que producen. Con esto pretende que no se equipare
la calidad con el rendimiento o con los resultados. Evaluar no es solo poner
nota, sino que se puede ver la calidad de una educación viendo sus objetivos
educativos, currículos, planteamientos pedagógicos, etc.
4.
La
evaluación de un centro docente tiene que satisfacer tanto la función formativa
de la evaluación como la sumativa, proporcionar información para la
planificación y mejora, pero también para la certificación y la
responsabilidad:
La evaluación formativa debe ser
constructiva y útil. El uso de la evaluación debería ser constructivo para la
pedagogía y para la administración del un centro, y útil para ayudar a dicho
centro a demostrar sus méritos. Hay mucha tendencia a evitar la evaluación
sumativa (sobre todo en centros innovadores), cuando es un potenciador para
demostrar su viabilidad como alternativa a centros convencionales.
5.
No
existe ninguna manera significativa de juzgar la calidad global de un centro
mediante un único criterio:
En este apartado nos presenta que la
evaluación de los centros debe hacerse en base a números criterios dentro del
contexto educativo y social del centro docente, que pueden ser subjetivos pero
no arbitrarios, por lo que debe existir una base para juzgar esos aspectos
evaluadores.
Este tipo de valoración de conjunto para
la evaluación formativa es demasiado general y para la sumativa es como tomar
la decisión.
6.
La
evaluación interna se puede satisfacer con un grupo de profesores formados del
propio centro donde sea una parte más de su trabajo:
En este punto nos dice que la evaluación
interna se puede llevar a cabo con un equipo evaluador formado por profesores
del centro que con una preparación específica pueden llevar a cabo este
trabajo, ya que no hay nadie mejor que ellos para realizarlo porque conocen el
centro y su entorno y además no son vistos como una amenaza.
Este punto me parece muy interesante,
porque podemos utilizar la formación aportada en la Fase 1 para que este grupo
comience a trabajar, ya que si no queremos contratar a un evaluador a tiempo
parcial que los forme, éstos docentes ya formados pueden formar a los próximos
integrantes del grupo evaluador.
7.
Para
llevar a cabo una evaluación en necesario mover instrumentos alternativos y
métodos de investigación de las ciencias sociales y adaptarlos a los centros y
sus capacidades evaluadoras:
La medición y la recogida de datos son
esenciales para llevar a cabo una evaluación, ya que no podemos obtener
descripciones sin datos. Para ello son necesarios instrumentos de evaluación
sencillos de manejar y que den como resultado una interpretación sofisticada y
relevante. Sin embargo, los instrumentos de medición sufren un retroceso en la
actualidad, y por lo tanto los más innovadores no llegan a los centros.
8.
“aprender
haciendo” es la mejor forma de aprender a hacer la evaluación:
La mejor forma de aprender a evaluar es
practicando y haciendo evaluaciones, ya que una de las quejas más comunes es
que los especialistas son demasiado teóricos. Por ello plantean la posibilidad
del curso introductorio donde se comienzan a ver temas de evaluación y el
personal decide si quiere hacerlo y si es así se pone en marcha la parte
práctica con un tutor que les vaya guiando en su propio centro.
9.
Evaluación
interna como paso previo a la evaluación externa:
Para comprender la utilización conjunta de la
evaluación interna y externa, es necesario que los centros adquieran cierto
conocimiento de la interna, que lo desarrollen y lo lleven a cabo para de este
modo generar un ambiente positivo hacia la evaluación. Una vez cumplido este
paso se manejarán mejor con la externa y lo comprenderán mejor y harán una
evaluación externa mucho más eficaz, ya que hay muchos países donde la
evaluación externa se encuentra aun en pañales.
Por
último y en una tercera parte nos presenta dos actividades para la evaluación,
una es a través de la observación de clases y otra es denominada “dar y recibir feedback”. En esta se
pretende que no solo se evalúe a los alumnos y su trabajo para que mejoren,
sino que los profesionales sean evaluados y puedan mejorar. Es una especie de
coevaluación o autoevaluación.
Para
finalizar y a modo de conclusión, me
gustaría decir que las evaluaciones tanto interna como externa son totalmente
necesarias. Son necesarias porque nos hacen ser mejores profesionales, hacen
que nuestros centros funcionen mejor, y nos permiten desarrollar una conciencia
crítica en la que no solo se alabe nuestro trabajo, sino que se nos diga
también lo que hacemos mal y como mejorarlo.
Además,
es una forma de analizar si los objetivos que nos hemos planteado se han llevado
a cabo, si no ha sido así ver el porqué y ver de qué manera podemos innovar
para hacer las cosas mejor y mejorar. No debemos caer en la tentación, como
pasa con nuestro sistema educativo, de evaluar solo objetivos, debemos evaluar
todos los procesos que intervienen en nuestro centro. En definitiva tenemos que
hacer que no sea algo meramente burocrático, sino una actividad positiva más
que realizar para ser mejores.
No
quiero dejar la oportunidad de hablar sobre el proyecto de Evaluación basada en
el centro. Es un gran método que se puede aplicar en muchos centros y que
permitiría una mayor autonomía evaluadora. Es de destacar que no sea una
evaluación cerrada, sino que este abierta a cambios que nos permitan realizar
esas evaluaciones mejor, y lo más importante que se da formación a los docentes
para poder llevarlas a cabo, cosa que con las evaluaciones internas más que en
las externas no pasa.
La
formación es muy necesaria y valiosa, y como he dicho antes nos permite ser más
autónomos en la gestión de nuestros centros y desarrollar lazos cooperativos
con nuestros compañeros, que se podrían hacer más patentes si nos olvidamos de
esos tutores para enseñar la evaluación a las generaciones siguientes de grupos
evaluadores internos, y tomamos como referencia a esos profesores que
comenzaron con el proyecto y pueden aconsejar a los compañeros que vengan
detrás.
Finalmente
debo decir que en los procesos evaluadores estoy totalmente en contra de la
participación de empresas privadas y no
me voy a entretener en explicarlo, el texto lo dice muy bien al parafrasear las
palabras de Scriven: “(…) nadie se ha
hecho rico nunca con un único contrato de evaluación. Así que (…) tienes que
complacer a los clientes si quieres (conseguir) más contratos con ellos o con
otras personas con los que estén relacionados. Y ¿qué complace más a los
clientes, las buenas noticias acerca de su niño o las malas?” (Scrive, 1992, p.
38), por tanto, si escuchamos lo que queremos oír nunca obtendremos esa
mejoría externa e interna que buscamos para ser mejores.
Miguel Óscar Aparicio de Lucas
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